El Café Geisha es una variedad de café autóctona originaria del Bosque Gorigesha, en la región de Gesha, Etiopía. En la década de 1930, se recolectaron plántulas y semillas para ser estudiadas en centros de investigación de Tanzania y Kenia, donde la variedad fue registrada por primera vez bajo el nombre Geisha (registro VC-496). En 1953, varios tipos de Geisha fueron introducidos a la colección del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) en Costa Rica, el lote clasificado como Geisha T-2722 Se considera que da el origen de la variedad que hoy reconocemos como Geisha.
Se realizaron pruebas con esta variedad en diversas zonas de Costa Rica para evaluar su comportamiento agronómico, especialmente por su resistencia a la roya. Sin embargo, tras varios años de estudio, los resultados mostraron que el Geisha T-2722 era mucho menos productivo que las variedades comerciales, lo que provocó que se perdiera interés.
El café Geisha fue introducido a Panamá en la década de 1960, inicialmente para realizar resiembras, estableciendo pequeños lotes en algunas fincas del distrito de Boquete, en la provincia de Chiriquí, al noroeste del país. Una de las fincas donde se plantó esta variedad fue la Hacienda La Esmeralda, un lugar que jugaría un papel crucial en la historia del Geisha.
La Hacienda La Esmeralda fue adquirida en 1964 por la familia Peterson, en la región de Palmira, Boquete, Chiriquí. En 1973, plantaron cafetales en amplias zonas de la finca, y en 1987 se instaló un beneficio para procesar el café directamente en la hacienda. En 1996, los Peterson adquirieron otra finca en la región adyacente de Jaramillo, donde descubrieron plantaciones de café menos susceptibles a la roya, su curiosidad los llevó a separar y aislar esta variedad, recuperando al café Geisha que había caído en el olvido.
Este café alcanzó fama mundial en 2004, cuando la finca La Esmeralda ganó el concurso Lo Mejor de Panamá, recibiendo calificaciones inusualmente altas 94.5 puntos y estableciendo un precio récord de $21.00 por libra. Este evento marcó un hito en la historia del café.
A partir de ese momento, caficultores de diversas regiones buscaron adquirir semillas de esta variedad para sembrar en sus fincas. Sin embargo, el entusiasmo inicial cambió al descubrir que cultivar esta variedad requería mucho esfuerzo, por la fragilidad del árbol, la producción era muy baja y calidad era difícil de mantener.
En Colombia, el Geisha llegó por primera vez en 2010 a la finca La Esperanza, ubicada en el municipio de Trujillo, Valle del Cauca, y con el tiempo se fue extendiendo por varias regiones del país como Antioquia, Tolima, Santander, Nariño, Cauca y Huila.
El árbol de café Geisha se destaca por su porte alto y su crecimiento esbelto en comparación con otras variedades, alcanzando entre 3 y 5 metros de altura cuando está completamente desarrollado. Sus hojas son alargadas y delgadas, de un verde intenso, los entrenudos de las ramas tienen una separación amplia, obteniendo cerezas con mayor distancia a lo largo de las ramas. Las cerezas de Geisha son de tamaño mediano a grande y adquieren un color rojo intenso al madurar. Las flores son pequeñas, blancas y fragantes. Este variedad tiene una tendencia a crecer mejor en áreas de gran altitud, superiores a 1,700 metros sobre el nivel del mar. Regiones como Cauca, Huila y Nariño son ideales para su cultivo.
Los términos "Gesha" y "Geisha" se usan indistintamente, ya que no existe una traducción establecida de los dialectos de Etiopía al inglés. El café se registró por primera vez como "Geisha", y los productores han mantenido esta ortografía durante muchas décadas.